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Un estabilizador regula el voltaje de entrada para mantenerlo constante, mientras que un transformador cambia el nivel de voltaje (sube o baja) según sea necesario, sin regularlo.
Se recomienda usar un estabilizador cuando la red eléctrica presenta fluctuaciones de voltaje frecuentes que pueden dañar equipos sensibles.
Significa que utiliza componentes electrónicos sin partes móviles, lo que mejora la velocidad de respuesta, confiabilidad y vida útil del equipo.
Ambos requieren revisiones periódicas, limpieza interna, verificación de conexiones y chequeo de ventilación. Los estabilizadores con ventilación forzada deben tener sus ventiladores en buen estado.
No es lo ideal. Para cargas monofásicas, se debe usar un estabilizador diseñado específicamente para esa configuración.
Es un sistema de control automático que monitorea continuamente la salida y ajusta el voltaje de forma inmediata ante variaciones.